jueves, agosto 31, 2006

 

Los últimos coletazos del verano


La primera señal ya está aquí; si has visto la tele estos días y te has tragado la habitual sesión de anuncios te habrás dado cuenta. Las colecciones de todos los años. Coches teledirigidos, libros, maquetas, discos…esas podrían pasar, pero las hay realmente absurdas. ¡Coleccione palillos de todo el mundo! ¡No le gustaría tener palillos franceses, suecos, chinos! La primera entrega a dos euros (y abajo en letra pequeña 100 entregas y por supuesto la siguiente ya no vale dos euros).

Está todo estudiado; el bajón postvacacional invita a liberarse del estrés y la ansiedad comprando, aunque la cuenta corriente esté temblando; y las nuevas ilusiones pueden llegar en forma de colecciones, por muy absurdas que sean. En realidad casi nadie suele terminarlas pero no importa. Con dos o tres entregas ya han amortizado la inversión. Y seguir la colección es una temeridad, pues luego es realmente difícil encontrar los siguientes fascículos (caso de que los sigan fabricando).

La segunda señal es que amanece más tarde y anochece antes. La temperaturas se suavizan (pero no bajarán hasta octubre, es lo que se llama veranillo de San Miguel) los centros de trabajo empiezan a estar llenos y las playas y demás sitios turísticos comienzan a vaciarse. Llegan los exámenes y se acerca un nuevo curso.

El verano de 2006 se acerca a su fin; espero que lo hayas disfrutado.


miércoles, agosto 30, 2006

 

La llamada


Estoy en la cama todavía; la noche anterior me acosté tarde y por ello sigo en brazos de Morfeo. Últimamente duermo poco y mal, maldito calor. ¿Qué hora es? Las diez de la mañana. El teléfono suena, quién podrá ser? No estoy acostumbrado a oír la melodía de mi teléfono y de repente me parece cutre. De un salto me incorporo y agarro el terminal.

Javier : Digaaa?

Persona al otro lado del teléfono: Hola eres Javier?

(No, soy el presidente de los Estados Unidos, cómo tienes mi numero? pienso en decir

J: Sí, al habla

P: Hola, soy **** de la escuela **** Los de **** me dieron tu teléfono y me comentaron que estás interesado en hacer las prácticas de monitor de ocio

J: Sí, así es

P: Pues te ofrezco la posibilidad de hacerlas con nosotros en bla bla bla jardín de infancia bla bla bla

J: Jardín de infancia?

P: Sí

J: Edades de los chicos?

P: Pues tienen entre 2 y 4 años. En principio estarías con nosotros hasta diciembre por las tardes en prácticas y con muchas posibilidades de que te renovemos

J: Ajá

Pensando……..

P: ¿Qué opinas?

J: Pueeees mira mejor dame tu tlf y yo te llamo porque tengo que pensarlo

P: Ah… vale Pues toma nota ********

J: Muchas gracias, adiós

P: Adiós

Cuelgo el teléfono. Enciendo mi cerebro y el me comenta:

1) ¿Niños de 2 a 4 años? Ni de coña. No se te dan bien los críos; requieren cuidados permanentes y además la mayoría de los juegos y actividades que conoces no sirven para esas edades. No olvides que las prácticas son un trámite, tú no quieres dedicarte a eso. Lo tuyo son más bien las multiaventuras, senderismo, deportes al aire libre, talleres y juegos. Lo que debiste hacer en julio y no te dejaron.

2) Tardes hasta diciembre? Y la facultad? El trabajo? Y las clases de inglés a las que pensabas apuntarte? Y aún tienes que buscar alguna actividad de ocio. Vamos no me jodas, me quieres matar o qué? Que nos conocemos ehhh

3) No hay tu tía, no tienes tiempo ni ganas ahora mismo; me temo que tendras que esperar a un campamento. No estás cualificado para cuidar a niños tan pequeños.

Creo, cerebro que una vez más tienes razón

Claro que sí; ¿sigues durmiendo?

No, ya me levanto

Vete a la mierda


lunes, agosto 28, 2006

 

Sí, quiero


—¿Crees que es precipitado?

—Si la quieres y te sientes decidido adelante, al final la vida son dos días y joder si sale mal, pues sale mal, pero esperar no te garantiza que tus probabilidades aumenten. Al final nadie puede garantizarte que esa persona que está hoy a tu lado lo esté también mañana.

Ahí estuve a punto de decir, pues dura poco, pero no; tampoco iba a dejar que mi pesimismo nihilista le estropease el momento. No soy buen consejero en estos temas pero creo que mis palabras le aliviaron. Quizás no era lo que quería oír, era lo que necesitaba oír.

Quién lo iba a decir; mi amigo X, aquel que pasó la infancia rodeado de videoconsolas, aquel que jugaba tan bien al fútbol y que me dejaba con la boca abierta al meter unos goles espectaculares (yo era todo un paquete) y que siempre se estaba riéndose (daba incluso la impresión de ser incapaz de tomarse nada en serio) va a casarse. Tras dos años y pico de noviazgo salta al siguiente nivel. No quería casarse por la Iglesia pero ha cedido a los deseos de la que será su esposa. Curioso este anhelo de la inmensa mayoría de las mujeres de casarse por la Iglesia, una institución que las desprecia y condena a un segundo plano. Así pues será una ceremonia religiosa.

Y con la primera y única pareja que ha tenido; la conoció hará un par de años en su aventura tinerfeña; llegó con una maleta y se construyó una nueva vida de la nada. Y el destino a veces guarda sorpresas agradables para los que deciden ir más allá del horizonte. Julio de 2007 es la fecha. Invitado estoy y joder quizás debería ir ahorrando ya. Un traje, desplazamiento, hotel, regalo. La Visa ya está temblando.

La sociedad ha cambiado mucho y el matrimonio no es algo imprescindible como hace algunas décadas (sobre todo para las mujeres, en la sociedad franquista ultraconservadora y machista); de hecho hay de todo: solteros que no desean pareja estable, parejas estables que no desean casarse, parejas homosexuales, divorciados, separados, etc etc. Pero sigue siendo la opción número uno, la más escogida.

¿Y yo qué opino al respecto? Pues como no se me dan bien las relaciones de pareja nunca me he sentido cerca de ponerme el anillo en el dedo. Casi nunca debería decir. Pero lo cortés no quita lo valiente y yo daría el sí quiero si creyese haber encontrado a la persona adecuada, y puedo asegurarte que me encantaría. A pesar de haber contemplado en persona la destrucción de un matrimonio de 24 años de duración (que se dice pronto) con tres hijos, del odio que han llegado a profesarse los ex cónyuges y las lágrimas que todos hemos derramado por ello sigo pensando que vale la pena. ¿Por qué? Pues porque pertenezco a ese porcentaje gente que le resulta muy difícil ser feliz sin alguien a quien amar, sin alguien con quien compartir su vida y alguien a quien hacer feliz también. Vamos, que sí quiero. Casarme. Algún día, claro está.


domingo, agosto 27, 2006

 

Música para soñar

Segundo movimiento de la Sinfonía nº 9 en Mi menor Op. 95 de Anton Dvorak; versión de la Orquesta Filarmómica de Londres dirigida por Istvçan Kertesz


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viernes, agosto 25, 2006

 

La negación



Una de las características de 1984 es el control total que el estado ejercía sobre todos y cada uno de los ciudadanos; nada nuevo pues cualquier dictadura funciona así. Pero lo sorprendente es la capacidad de dicho estado de reescribir el pasado cuando el presente cambia. Por ejemplo, si ayer nuestro país estaba en guerra con el país A y hoy el país A es nuestro aliado, nunca estuvimos en guerra con A, este país fue siempre nuestro amigo; si Fulanito Pérez es acusado de traición y ejecutado (vaporizado decían en el libro) al día siguiente Fulanito Pérez deja de existir; pero ayer tampoco existía y nadie con ese nombre fue ejecutado jamás. Nunca nació, nunca existió y por tanto nunca fue un traidor. Por tanto no existen ni han existido jamás traidores al estado

Este modus operandi, a priori tan radical, es la forma de funcionar de algunas personas. Cuando algo no sale bien, se ponen en marcha una serie de mecanismos para negar los hechos y minimizar el daño; “no ocurrió así, no pensaba eso” y así tan contentos. No hay conflicto porque no hay pasado; no hay daño porque no sucedió así.

La negación es básicamente un mecanismo de autoprotección ante un conflicto externo o interno y suele aparecer en los períodos de duelo. A veces es necesaria, pero otras sobra porque manipula la realidad hasta el punto de destruir el pasado y alterar el presente. Lo curioso es la capacidad que tienen de irse por los cerros de Úbeda cuando en una conversación te aproximas a exponer esa teoría, al acercarte a desgranar ese comportamiento, al intentar obtener respuestas. Un “hablemos de otra cosa” es la respuesta obtenida.

Por supuesto uno no va a estar recordando toda la vida las cosas que salen mal; para eso está el olvido. Pero es un concepto diferente; porque los hechos no se olvidan totalmente, sólo que no permanecen en la memoria reciente y el dolor padecido es asimilado y digerido para dejar paso a la experiencia, al aprendizaje. Cuando se niega el pasado no se aprende nada porque no hay nada que aprender. Nunca sucedió, e irónicamente como nunca sucedió, volverá a suceder.


domingo, agosto 20, 2006

 

Cuando el círculo se para


¿Alguna vez has tenido la sensación de que tu vida se ha detenido mientras la de los demás continúa? Ya hablamos hace tiempo de los círculos, lo que representan en nuestras vidas, pero qué ocurre cuando estos se detienen? Cuando cada día es una copia del anterior, cuando todo cansa y nada apetece. Las cosas que normalmente hacías para pasar el rato, leer, ver la tele o trastear con el ordenador, de repente todo aburre.

Empiezas a cuestionarte cada detalle y cada acción como si no tuviese sentido; y eso con las actividades agradables, porque con las tareas y obligaciones es aún peor. De repente recoger la cocina o hacer esa tarea del trabajo que antes llevaba cero coma se tornan eternas y pesadas. Las manecillas del reloj avanzan más despacio e incluso da la impresión de que no quieren avanzar. Miras el calendario, eliges un día al azar y sabes perfectamente dónde vas a estar y qué estarás haciendo. Y por supuesto los problemas que antes estaban ahí ahora parecen escollos insalvables, ecuaciones sin solución, callejones sin salida, lo cual contribuye a aumentar la sensación de desesperanza.

La ansiedad entra en escena y lo envuelve todo; fumas más y más rápido, duermes mal y descansas poco, pierdes el apetito y sufres jaquecas. Te cuesta sonreír y el mal humor te controla. La mirada perdida, los suspiros, la amargura en el rostro, el cansancio y la sensación de soledad. Es entonces cuando tu vida se detiene, cuando te sientes muerto.

¿Por qué? La gran mayoría de las veces es porque algo (o alguien) ha desestabilizado la ecuación; y eso me lleva a la teoría del equilibro: al final uno recibe lo que da. Y si das dolor, tarde o temprano lo recibes, en cualquiera de sus formas; sé que esta teoría es ambigua pero por lo que he vivido le encuentro sentido, encaja. Sea como sea el círculo se ha detenido (otra vez); otro día hablamos de cómo se le da un empujón.


viernes, agosto 18, 2006

 

Los genios también deben de llorar


El tipo de la foto es Gregory Perelman un matemático ruso que se hizo famoso al resolver, en 2002, la conjetura de Poincaré, uno de los problemas de matemática avanzada más complejos que existen. Dicha demostración le llevó ocho años y consta de 473 páginas. Ni que decir tiene que este tipo es un genio, pero la cosa no acaba aquí; ha rechazado premios (algunos de cuantioso valor), honores y distinciones; se ha automarginado de la comunidad científica, apenas concede entrevistas y se rumorea que seguramente rechace la Medalla Fields, el equivalente a los premios Nobel en Matemáticas1.

Vamos, el tipo está un poco amargado, pero no me extraña; seguramente cuando eres tan listo todo el mundo debe de parecerte gilipollas. ¿Vale la pena entonces tener tan privilegiada mente? Una vez oí decir que al aumentar la inteligencia desciende la felicidad. ¿Hay que ser un Homer Simpson entonces para ser feliz? No, por supuesto que no. Quizás como estas personas están algo limitadas se conforman con muy poco. Pero tanto la felicidad como la inteligencia son conceptos difíciles de definir.

Está sobradamente demostrado que las personas con muy alto CI tienen un bajo coeficiente de habilidades sociales y de inteligencia emocional y no es extraño que muchos fracasen en la escuela (menuda paradoja) y en las relaciones sociales y afectivas. Ello tampoco implica lo contrario, que aquellas que no lo tienen tengan que ser la hostia en las hhss. Supongo que la correcta interacción entre ambos tipos de inteligencia es la solución, aproximada, de la ecuación de la felicidad.

En la universidad conocí a tipos así; les envidiaba por sus notas, por asimilar tan rápidamente lo que a mí me costaba horas y horas de hincar los codos (y a veces sin éxito); también me topé con muchos profesores cuya inteligencia me impresionaba, pero que al mismo tiempo tenían una sospechosa tendencia a putear a los alumnos con exámenes imposibles y correcciones aún más imposibles. El resultado eran carnicerías al estilo La Matanza de Texas.

Sea como sea, este señor tiene mi respeto, porque en cierto modo si la ciencia avanza es gracias a estos excéntricos y locos genios, cuyo don es al mismo tiempo una maldición. Y quizás lloren por eso.

1No existen los premios Nobel de matemáticas porque la mujer de Alfred Nobel, el tipo que los creó, le abandonó por un matemático. Y cabreado, no incluyó una categoría de matemáticas….


jueves, agosto 17, 2006

 

El visitante


Desde hace unas semanas tenemos un nuevo amigo rondando por el barrio, y más concretamente por mi casa; no sé de dónde salió pero parece que ha venido para quedarse. De hecho creo que duerme en el rellano de la escalera y varias veces ha intentado colarse en casa. Es curioso porque pese a ser un gato callejero está muy acostumbrado a los humanos y le encanta que le acaricien (incluso se deja coger). Por ello pensamos que tuvo que tener una familia o al menos pasar mucho tiempo con una.

Lola no es ajena a todo esto y ya ha tenido sus encuentros con él; no sexuales por supuesto, y no será por falta de ganas ya que durante su último celo casi se muere la pobre de las ganas que tenía de perder su virginidad felina. Grey, que así le llamamos, no fue ajeno a esto y a la que se dio cuenta del percal no tardó en esperar tras la puerta día y noche. No lo consiguió pero estoy seguro de que le encantaría dar un braguetazo.

Y es que en el fondo el animal sólo reclama cariño y un hogar, aunque aquí no podrá ser. Le damos de comer de vez en cuando pero me temo que según mi madre dos son multitud. Una pena porque el pobre lo merece. Sólo espero que aguante porque los gatos callejeros no suelen durar mucho; los coches, otros gatos o las enfermedades son peligrosos y letales enemigos. A su favor juega que tiene acojonados al resto de los gatos del barrio y que según parece y hasta cierto punto, sabe cuidarse.


He tenido gatos desde muy pequeño y he aprendido mucho de ellos; cada uno tiene un carácter distinto. Algunos son muy cariñosos, otros muy ariscos, buenos, limpios, guarros, malos y traviesos, estos animales en el fondo son sólo una especie más que aspira a lo que creo que en fondo todos aspiramos: a sentirnos queridos y a querer.


miércoles, agosto 16, 2006

 

Un poco de cine


Ahí van unas cuantas películas que me han gustado mucho; no son estrenos sino algunas joyas rescatadas gracias al Emule y que he visto estos días.

1) El Club de la Lucha; tétrica y sobrecogedora película del Fincher, una historia sobre el fracaso y la racionalización de la locura. Geniales Pitt y Norton, genial el universo violento y esquizofrénico que recrea en la película y el final es soprendente, así como los efectos especiales, los planos y la fotografía.

2) Trainspotting; junto con Réquiem por un Sueño quizás la mejor película sobre drogas, vista desde el punto de vista del consumidor, jamás hecha. Es algo vieja ya porque la heroína ya apenas se usa, la ha reemplazado su hermana pequeña. Pero sea cual sea la droga los motivos no cambian. Buena banda sonora y buenas interpretaciones, a destacar la de Robert Carlyle como secundario.

3) La Playa; no me gusta Di Caprio pero en esta peli se come con patatas al resto del reparto. Una búsqueda del placer, una huida de lo cotidiano que lleva a los protagonistas hasta una misteriosa playa en la que conviven durante un tiempo hasta que todo se va a la mierda. También aquí aparece Carlyle pero como actor de reparto; la escena del viaje a la locura de Di Caprio impresionante. De Virginie Ledoyen mejor no hablo, qué preciosidad………

4) Un día de furia; esperaba más del casi siempre genial Michael Douglas. Creo que no logra transmitir la rabia del personaje, o al menos no toda. Es lo malo de los guiones que ceden la mayor parte de la trama a un único personaje. Aún así es una peli correcta pero lejos de sus mejores interpretaciones.

5) Hotel Rwanda; sobrecogedora historia acerca del genocidio en Rwanda de los tutsis cometido por lo hutus en el que fueron exterminados casi un millón de personas. Pone los pelos de punta lo que ocurrió allí, y la pasividad de los gobiernos europeos y la Onu. Buen Nolte como secundario y una ambientación fenomenal de lo que fue el décimo nivel del infierno.

6) Lágrimas de sol; un guión con cierto parecido al anterior, pero esta vez con una historia ficticia (que podría ser verdad dado como está África) hecho para el lucimiento de Bruce Willis y del glorioso ejército americano que siempre salva el mundo (lástima que no me lo crea). Aún así engancha y hace que durante el final grites “moriros cabrones sádicos”.

Próximamente más comentarios


 

Cap. 4 Cara a cara


Una guapa joven ataviada con unas enormes ganas de sol aguardaba sentada en el sillón del recibidor; su perfume resultaba embriagador e iba muy bien arreglada. Se abanicaba sin cesar lo que le daba un toque aún más femenino, si cabe. Me acerqué a ella y en cuanto me vio se levantó. Estábamos por fin cara a cara, después de unos cuantos meses.

Tras comer algo y una interesante conversación el asfixiante calor aconsejaba cobijarse; regresé al hotel, algo exhausto tras tan largo viaje y me tiré en la cama, conectando el aire acondicionado al máximo. No tardé mucho en caer rendido; la cama era bastante cómoda: debo decir que soy muy maniático para dormir, no soporto las almohadas blandas ni los colchones excesivamente blandos. Además debido a mi profesión y a que me gusta excesivamente comerme el tarro tengo un sueño algo inestable (mis excursiones nocturnas a la cocina son frecuentes).

Desperté unas tres horas después y tras estirarme como si fuese un gato, me levanté de la cama. Encendí un cigarrillo y salí a la diminuta terraza a contemplar la ciudad. Hacía menos calor pero ya se podía estar en la calle. Terminé de deshacer la maleta y colocar los enseres de baño. Luego me bañé y probé el hidromasaje. No era para tanto la verdad pero joder ya que pagué por ello pensaba usarlo.

Justo cuando salí del baño y mientras me secaba con la toalla el teléfono volvió a sonar. No me llaman mucho así que no estoy muy acostumbrado a oír la melodía del móvil. Curioso porque yo trabajo con móviles y estoy todo el día con ellos, probando tonos, sonitonos y esas cosas. Tras vestirme con ropa corta y cómoda me dispuse a pasar mi primera tarde en Málaga


lunes, agosto 14, 2006

 

Reflexiones de un lunes por la mañana


Estoy en la oficina pues mi jefa está de vacaciones y me ha tocado sustituirla esta semana; llevaba ya algún tiempo sin estar de mañanas, sin tener lo que se dice un turno normal. El madrugón se ha notado bastante pues últimamente me cuesta dormir. Hoy seguramente no venga ni dios a currar pues es puente.

El verano llega a su última etapa; no lo echaré de menos la verdad. No sé por qué todos los veranos me salen igual de malos, de amargos y demasiado lentos. Para a mayoría de la gente el verano es la mejor época del año. No para mí Lo único positivo que le saco es que te da tiempo para pensar y sobretodo para darte cuenta qué es lo que funciona y lo que no.

Creo que mi vida necesita un cambio; lo que no sé es cuál. Tengo la sensación de que haga lo que haga siempre acabo en el punto de partida, una especie de deja vu constante. Aquellas puertas que parecían interesantes se fueron cerrando hasta dejar paso a la nada y volvemos a encontrarnos como al principio.

Algo no encaja.


domingo, agosto 06, 2006

 

Cap. 3 El encuentro


Menudo caos de ciudad; no me parecía muy diferente a Madrid; obras por todas partes, calles cortadas y de difícil acceso. Di varias vueltas hasta que logré encontrar la calle y cuando por fin lo hice no había sitio donde dejar el coche; otra vez a dar vueltas. Mira que me gusta conducir, pero en cuidad no; por fin encontré un hueco y me dirigí apresuradamente al hotel para preguntar dónde estaba el parking en el cual mi coche descansaría. Sabía que me saldría caro pero la idea de que me robasen el coche me resultaba más desagradable.

El operario del parking me confirmó que el atraco saldría por unos quince euros diarios. Tras darle las llaves de mi coche, lo aparcó en un santiamén, casi derrapando, lo cual hizo que tensara la mandíbula. Me dirigí hacia el hotel cargando con la pesada maleta (siempre llevo más ropa de la que me voy a poner, por si acaso) y esquivando los baches que las obras habían dejado. Tras llegar al hotel y presentar la documentación me dieron la 502.

La habitación era más grande de lo que pensaba; había pillado una doble pues me salía casi por el mismo precio que una sencilla. Elegante y con una pequeña terraza. Tele, minibar, un armario grande y un baño con hidromasaje (el cual visitaría en numerosas ocasiones). Salí a la terraza a contemplar el paisaje que ofrecía la ciudad, dividida en dos por un río cuyo cauce moría para nacer de nuevo a una distancia de unos cien metros, para luego desaparecer en la inmensidad del mar. Encendí un pitillo y realicé una llamada de teléfono.

Ya había llegado a mi destino y me invadía una extraña sensación; una mezcla de nerviosismo y preocupación. ¿Había hecho bien? No importaba demasiado porque ya no había marcha atrás. Deshice el equipaje y me refresqué un poco pues empezaba a notar el calor sureño. Estaba a punto de darme una ducha cuando sonó el teléfono; me puse aún más nervioso y tras coger mis cosas, me dirigí al ascensor. Y al llegar a la planta baja las puertas se abrieron.


martes, agosto 01, 2006

 

Cap. 2 El mar


Resulta curioso que el mar me guste y me de miedo al mismo tiempo; cuando me baño no suelo alejarme mucho de la orilla y si dejo de hacer pie me pongo nervioso. Pero al mismo ejerce un fuerte magnetismo hacia mi persona. Me encanta verlo, escucharlo, sentirlo. Ya sea de día, en un atardecer o bien entrada la noche contemplar el horizonte que se extiende a través de él me produce tranquilidad y me ayuda a ver el futuro con claridad.

Siempre que he estado en una ciudad con mar de vacaciones, al volver me pregunto cómo sería mi vida en un sitio así; y es que Madrid por muy bonita que sea, no tiene mar, y por ello le falta alma. Las playas de Málaga me decepcionaron un poco, pues no había apenas olas. Una mar demasiado tranquila, quizás la más tranquila que nunca haya visto. Y es que ver romper las olas, con su fuerza, es también algo que me gusta. Incluso cuando la mar está muy brava, cuando hay tormenta y los barcos no se atreven a salir de puerto.

También me gustan los barcos, aunque es un lujo sólo reservado para unos pocos. En Benalmádena vimos un buen puñado; desde las lanchas a motor más pequeñas y veleros hasta auténticos yates de más de 40 metros de eslora. Navegar, qué gran placer debe ser; sin carreteras ni señales de tráfico, en la inmensidad del océano. Vi tantos yates que me pregunto de dónde saca la gente la pasta. Yo que pensaba que forrados están cuatro y el resto somos unos pringaos currantes. Pues no, supongo que ahora forrados están cuatrocientos y el resto seguimos siendo unos pringaos currantes pero con sueldos aún más bajos (la generación de los mil euros). El dinero no se crea ni se destruye, simplemente cambia de manos

Pero no importa; lo bueno del mar es que tengas mucha o poca pasta puedes disfrutar de él. Mejor con pasta, claro está, como casi todo en esta vida. Por desgracia.


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