martes, junio 27, 2006

 

El amargo sabor del fracaso


Caminar por los pasillos de la facultad, tenso, buscando un papelito pegado a un tablón. Muchas ideas vienen a la cabeza en esos momentos. Por favor que haya aprobado. Que Dios reparta suerte; incluso desarrollé todo un ritual (previa consulta de la nota) que se supone me daba buena suerte. Acertó muchas veces pero otras no. Sin embargo lo seguía practicando.

Me he llevado tantos chascos que cuando termino un examen siempre pienso que me ha salido mal. Hasta que no vea mi nombre y al lado una calificación mayor que 5 no tiro los cohetes. En este caso sin embargo sí fui un poco más optimista, pues en cierto modo, como Mulder, necesitaba creer. Error.

Suspenso. Es cosa de apenas unos segundos, una rápida y tensa búsqueda de mi peculiar apellido en la lista para después mover los ojos a la derecha y observar una nota que para nada me esperaba. Después agachar la cabeza y soltar todos los tacos que puedes. Volver a casa con el amargo sabor del fracaso.

Después cuando estás más calmado analizas más objetivamente los hechos. Otra vez a estudiar esta maldita asignatura; me sé algunos ejercicios de memoria, tengo cuadernos y cientos de folios llenos de problemas, pero no ha servido de nada. Retorno al principio.

Sólo es un examen, supongo; y he suspendido muchos, algunos muy complicados y después los he superado. Pero me acerco a los 27, 10 años ya en la universidad y cada vez me cuesta más. Y el hecho de pensar que probablemente nunca use los conocimientos que tengo me desanima. Uno se llega a preguntar de hecho si realmente vale para esto o si debió haber escogido otro camino.

Siempre nos quedará septiembre

viernes, junio 23, 2006

 

Noticia de última hora


Soy Ken Brokman, y según el último parte meteorológico se acerca una ola de calor comparable a la que se produjo durante la formación del planeta Tierra......


Dios qué caloooooooooooooooooooor

miércoles, junio 21, 2006

 

Teorías sobre la felicidad (II): Biorritmos


Hace tiempo escribí en estas páginas sobre el estado de ánimo y su tendencia a subir y bajar cada cierto tiempo; me atreví incluso a darle la forma de la función matemática sin(x), el seno. Tiempo después oí hablar de los biorritmos. Son unos ciclos que describen nuestro estado emocional, físico, intelectual, sexual, etc. Y en esta página puedes calcular el tuyo

Estos días no estoy bien la verdad, y lo peor es que no sé por qué. Así que fui a consultar la url y qué me salía? Pues mis biorritmos dicen que físicamente estoy al -90%, intelectualmente al -75%, emocionalmente al ¿+80%?, "pasionalmente" al 0% (esto sí que no me lo creo.....)

Según dicen esto de los biorritmos no es tan chorrada como parece y en algunas países son muy tenidos en cuenta en ciertas profesiones (policías, bomberos, médicos, etc). Quizás sea cierto o quizás no. ¿Tú qué opinas?

lunes, junio 12, 2006

 

Teorías sobre la felicidad (I)


Si tuviese que definirme con una sola palabra…..podría usar muchas, pero una de ellas sería inconformista. Digamos que me cuesta ver lo que tengo, lo que he conseguido, y me obceco en pensar en lo que no tengo, lo que me gustaría tener. Es la base del conflicto, un deseo frustrado. Ello supone un obstáculo muchas veces a la hora de preguntarse a uno mismo si es feliz.

De mis experiencias con sustancias para nada saludables llegué a la conclusión de que esa felicidad, esos momentos vividos eran virtuales. Pura química que destruía por unos momentos frustraciones y complejos; pero las sensaciones eran tan intensas que me bastaba. Tan intensas que cuando se iban todo se desmoronaba. Primera ley de la vida. Todo lo que sube debe bajar después.

¿Pero qué es subir? Sentirse bien consigo mismo y con los demás; sí, es una respuesta (algo imprecisa), pero intentemos profundizar un poco más en el tema. No soy Jorge Bucal ni un experto en el tema así que puede que mis conclusiones te parezcan una chorrada. O quizás no. Ya me contarás.

El título de este blog es un pequeño homenaje a un gran libro. Un mundo feliz. Un libro que me impresionó como pocos me han impresionado. Por su historia, su trasfondo y por su similitud (no aparente) con el mundo real que vivimos. Aquí el soma puede ser cocaína, prozac o cualquier benzodiazepina potente.

Como cualquier persona, he vivido momentos alegres y otros muy tristes. Etapas para recordar y otras para olvidar. Sin embargo cuando idealizas la felicidad hasta el extremo de definirla como una sensación pura corres el riesgo de no saber apreciar los verdaderos momentos felices. De pensar, pero sería mejor si, o me falta esto o molaría más si…

Resulta curioso que la mayoría de las emociones humanas deban definirse como una dualidad; y cada una no puede existir sin su antagonismo. ¿Cómo podríamos saber qué es sentirse alegre sin definir previamente la tristeza? ¿El amor sin odio? ¿La bondad sin la maldad? ¿Cómo podemos sentirnos felices si alguna vez no nos hemos sentido infelices? Quizás por ello los habitantes de ese mundo feliz tenían a su disposición el soma. Cuando la ecuación fallaba era la solución. Meterse esa tableta en la boca.

Continuará


 

El sueño de una noche de verano



Aunque técnicamente todavía no haya llegado la estación más calurosa del año (prepárense que este será tórrido) siento como si lo fuera. El motivo es que ya acabé los exámenes (otro día hablamos de los resultados) y como estudiante el verano empieza cuando éstos finalizan. Por estas fechas hace un año comenzaba a trabajar. Por estas fechas en la actualidad continúo trabajando. No fue un gran verano. Y este se presenta duro también.

Noches calurosas y más horas de sol; la gente haciendo planes de vacaciones y algunos ya disfrutando de ellas. Piscinas, bañadores, crema solar, mosquitos dando por el culo y los aparatos de aire acondicionado a tope. Canciones del verano, terracitas, fiestas regionales, ferias y sensualidad en las calles. El verano ya llegó. Y durante unos meses nos acompañará.

Siempre he preferido, al revés que la mayoría de los mortales, el frío. La nieve, la lluvia, los paisajes otoñales, el crepitar de las hojas al caminar sobre ellas. El calor (demasiado me refiero) me mata. Ir sudado, dormir poco y mal, tener siempre sed no me gusta. El verano está bien cuando estás de vacaciones; cuando no puede resultar pesado. Antaño en agosto la ciudad se quedaba vacía y era reconfortante pero las costumbres han cambiado y ahora la gente escalona sus vacaciones.

En verano el tiempo parece dilatarse, avanzar más despacio. De todos modos espero escaparme este año al mar y pasear por la noche, descalzo, con las olas rompiendo en mis pies. El sueño de una noche de verano.


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