lunes, junio 12, 2006

 

Teorías sobre la felicidad (I)


Si tuviese que definirme con una sola palabra…..podría usar muchas, pero una de ellas sería inconformista. Digamos que me cuesta ver lo que tengo, lo que he conseguido, y me obceco en pensar en lo que no tengo, lo que me gustaría tener. Es la base del conflicto, un deseo frustrado. Ello supone un obstáculo muchas veces a la hora de preguntarse a uno mismo si es feliz.

De mis experiencias con sustancias para nada saludables llegué a la conclusión de que esa felicidad, esos momentos vividos eran virtuales. Pura química que destruía por unos momentos frustraciones y complejos; pero las sensaciones eran tan intensas que me bastaba. Tan intensas que cuando se iban todo se desmoronaba. Primera ley de la vida. Todo lo que sube debe bajar después.

¿Pero qué es subir? Sentirse bien consigo mismo y con los demás; sí, es una respuesta (algo imprecisa), pero intentemos profundizar un poco más en el tema. No soy Jorge Bucal ni un experto en el tema así que puede que mis conclusiones te parezcan una chorrada. O quizás no. Ya me contarás.

El título de este blog es un pequeño homenaje a un gran libro. Un mundo feliz. Un libro que me impresionó como pocos me han impresionado. Por su historia, su trasfondo y por su similitud (no aparente) con el mundo real que vivimos. Aquí el soma puede ser cocaína, prozac o cualquier benzodiazepina potente.

Como cualquier persona, he vivido momentos alegres y otros muy tristes. Etapas para recordar y otras para olvidar. Sin embargo cuando idealizas la felicidad hasta el extremo de definirla como una sensación pura corres el riesgo de no saber apreciar los verdaderos momentos felices. De pensar, pero sería mejor si, o me falta esto o molaría más si…

Resulta curioso que la mayoría de las emociones humanas deban definirse como una dualidad; y cada una no puede existir sin su antagonismo. ¿Cómo podríamos saber qué es sentirse alegre sin definir previamente la tristeza? ¿El amor sin odio? ¿La bondad sin la maldad? ¿Cómo podemos sentirnos felices si alguna vez no nos hemos sentido infelices? Quizás por ello los habitantes de ese mundo feliz tenían a su disposición el soma. Cuando la ecuación fallaba era la solución. Meterse esa tableta en la boca.

Continuará


Comentarios:
A mi sufrir me asusta, pero supongo o mas bien se que es necesario como tu dices, ser infeliz para luego apreciar otras cosas... momentos malos que traen momentos buenos, despues de la lluvia vuelve la calma... dentro de lo bueno siempre hay algo malo y vicerversa...
 
Las drogas, -y el soma de El Mundo Feliz- lo que hacen es convertirte en un vegetal, de ahí que alivien el sufrimiento vital... porque deprimen y embotan los sentidos. Cuando todo es borroso, lejano, en la inconsciencia, en la inopia, en la vegetancia... ¿quién puede ser infeliz... o ser sensible a la infelicidad?
 
A mí me pasa igual que a Aiyana, me asusta sufrir y ver sufrir a las personas que quiero y aprecio, pero entiendo que la vida es un cumulo de sensaciones que hay que saber disfrutar, digerir o soportar dependiendo de cada momento. Y eso al fin y al cabo es lo que nos ahce sentirnos vivos que, al menos para mí, es lo más importante
 
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