domingo, abril 30, 2006
Las horas muertas

Ha sido una semana agotadora, para colmo rematada por otro puente en el trabajo; la oficina está vacía, a priori algo habitual, sólo que esta vez está totalmente vacía. La empresa se muda a otro edificio y han tenido el detalle de dejarnos aquí trabajando en la vieja. Nada grave, sino fuera porque se han llevado mi PC (con mi música, archivos, etc), la máquina de café, la nevera, el microondas, la tele, la radio, la impresora, la máquina del agua….Vamos que se lo han llevado todo. Empezamos bien.
Estaba aquí, sentado y medio dormido, pensando en cómo es ahora mi vida. Más intensa que nunca; de hecho a veces pienso que estoy en demasiadas batallas a la vez. Pero luego pienso que es la única forma de que alguna salga bien. No soy de los que piensan que quien mucho abarca poco aprieta. Podría salir bien, pero también mal, y entonces te quedas sin nada. Por eso antes no luchaba por nada, el miedo al fracaso.
Durante mucho tiempo las horas muertas controlaron mi vida; y el resultado fue una sensación de vacío, de ver pasar el tiempo y no pasar por él; aprendí la lección. Y también aprendí que para conseguir las cosas hay que luchar, mojarse, tirarse a la piscina. Eso cuesta más de una decepción, pero el fracaso es sólo una sensación temporal (aunque a veces sea una enorme sensación). La verdad es que aunque siga añorando ciertas cosas (y a ciertas personas), estoy mucho mejor que antes.
En otros aspectos sigo igual, pero al menos he cambiado mi forma de pensar sobre algunas cosas. Y miro al horizonte con cierto optimismo, pese a que de vez en cuando los monstruos de colmillos afilados aparezcan y tenga que suspirar en días en los que las horas muertas vuelven a aparecer. Supongo que son pequeños ciclos dentro de un círculo. Seguimos pues buscando el mundo feliz.
martes, abril 18, 2006
Retorno al principio

Lo malo de las vacaciones es que por cortas que sean al volver estás algo descolocado; regresas al hogar, a la vida cotidiana con una cierta sensación de que algo no encaja. Como si esa no fuese tu vida; lleva algo de tiempo volver a la normalidad, y ese tiempo es directamente proporcional al que has gastado en las vacaciones. Los hay que viven de vacaciones, ya no sólo la nobleza sino una nueva generación de famosos y pseudofamosos, reyes de la farándula y los saraos, esos que pueblan las revistas del corazón con caros trajes y amplias sonrisas. Pero nosotros a lo nuestro.
miércoles, abril 12, 2006
Vamos que nos vamos

Me marcho al norte unos días de vacaciones; a mi querida Ponferrada, donde tengo media vida. Muchos recuerdos de esa ciudad, aunque los últimos años la tengo un poco olvidada. La verdad es que me gusta la tranquilidad que se respira en las ciudades pequeñas, como si el tiempo se dilatase y fuese más despacio. Y es precisamente lo que necesito, unos días de descanso.
Unas cuatro horas de viaje me esperan; descansar bien, un buen desayuno y mi colección de música. Es mi primer viaje (como conductor) y la verdad estoy algo nervioso. Lo peor será la vuelta, con toda la masa de madrileños que regresarán a sus hogares. Así pues me despido de ti por unos días, no sin antes desearte que te lo pases muy bien tanto si te vas de vacaciones como su no. Y si coges el coche mucho cuidado.
lunes, abril 10, 2006
Momentos inolvidables

Una vez me dijeron que hay que olvidarse del sentido del ridículo o te es imposible divertirte. El qué dirán, algo que muchas veces te echa para atrás, el miedo a que se rían de ti, el qué pensarán. Por supuesto hay que saber estar y adaptarse a cada situación (asertividad). Admiro mucho a la gente espontánea, natural, que dice lo que piensa y hace lo que siente. A mí me cuesta bastante. Suelo ser todo lo contrario. Salvo excepciones.
jueves, abril 06, 2006
En abril, aguas mil

Las primeras lluvias de abril han tardado un poquito en llegar, y vaya por dios, han tenido que hacerlo justo cuando se acerca el fin de semana y tengo un viajecito a la montaña. Me gusta la lluvia, pero reconozco lo fastidiosa que resulta en ciertas situaciones; si continúa nos va a chafar el fin de semana pues las actividades y juegos que tenemos programados son al aire libre. Crucemos los dedos mirando al cielo, y que el temporal amaine.
Hace un rato, mirando por la ventana, observaba lo que cambia un paisaje cotidiano con el tiempo (atmosférico); si estas semanas hemos gozado de un estupendo sol (y que incluso a mí me anima) la cosa ha cambiado y parece otoño; cielos grises, temperaturas no tan agradables y que invitan a cogerse un abrigo o parka y que minimizan las ganas de salir. Sólo es un período de transición, pues la primavera se antoja calurosa, preludio de lo que será probablemente otro tórrido verano.
Hay muchos tipos de lluvia; desde la típica tromba de agua veraniega, corta pero muy intensa a la lluvia otoñal, suave y duradera. Sea cual sea, es necesaria pues los embalses todavía agonizan y desde luego no podemos esperar que la cosa mejore durante el verano. España siempre ha sido un país soleado, pero estos últimos años la cosa ha empeorado: el derroche del agua y el cambio climático han reducido las reservas a niveles mínimos.
Cuando se mezclan lluvia y sol, cielos oscuros que dejan huecos por los que escapa la luz, se produce una bonita estampa, que suele ir acompañada por un arco iris (el agua es un potente espectroscopio); y es que por mucha que sea la oscuridad, la luz siempre encuentra un camino.
Los cielos se están despejando por cierto; veremos si el sol aparece de nuevo.
domingo, abril 02, 2006
Doce meses

Este blog ha cumplido ya un año, que se dice pronto; doce meses han pasado desde que animado por mi amigo Aitor decidí sumergirme en el mundo de internet para crear una especie de diario personal. Un blog lo llamaban. No fue especialmente difícil empezar; lo costoso es continuar. Falta de ideas, de ganas o simplemente el no tener nada que decir a veces te echan para atrás en esto de escribir.
Suscribirse a Entradas [Atom]