martes, abril 18, 2006
Retorno al principio

Lo malo de las vacaciones es que por cortas que sean al volver estás algo descolocado; regresas al hogar, a la vida cotidiana con una cierta sensación de que algo no encaja. Como si esa no fuese tu vida; lleva algo de tiempo volver a la normalidad, y ese tiempo es directamente proporcional al que has gastado en las vacaciones. Los hay que viven de vacaciones, ya no sólo la nobleza sino una nueva generación de famosos y pseudofamosos, reyes de la farándula y los saraos, esos que pueblan las revistas del corazón con caros trajes y amplias sonrisas. Pero nosotros a lo nuestro.
Pues en mi modesta opinión, la tranquilidad berciana es lo que yo llamo un sitio ideal para vivir.
Tranquilidad, aire puro, gente sencilla, nada de pasarse las tardes en centros comerciales o en atascos infinitos y eso que yo no vivo en el centro de Madrid ni mucho menos. Lo que pasa es que hay gente que no sabe vivir lejos del bullicio, que se agobia con tanta tranquilidad...
Si por mi fuera, me iría a vivir a una casa por ahí perdida en medio del monte :)
Demasiada tranquilidad no es buena a mi gusto, aunque reconozco que a medida que me hago mayor, la voy necesitando más.
Los centros comerciales entre semana son una pasada, no hay ni dios y puedes comprar a agusto o simplemente darte una vuelta; ir un sábado por la tarde es agobiante y poco recomendable.
Con respecto a lo del lugar idóneo para vivir, me quedo con una ciudad, pero más pequeña. Lo suficientemente pequeña para que no aburra ni agobie.
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio
Suscribirse a Entradas [Atom]