jueves, noviembre 02, 2006

 

Hay que joderse


La semana estaba siendo agotadora; mucho trabajo, mucho estrés, muchas cosas en la cabeza y poco tiempo libre. Hoy me levanté cansado y después de ducharme y comer algo me dirigí a darle clase a una de mis alumnas. (otro día te cuento cómo va mi aventura de profe). Conducía raudo y veloz cuando al meterme en la A1 un sonido extraño envolvió el coche.

No veía testigos encendidos en el salpicadero pero el coche no aceleraba. Reduje a cuarta y pisé el pedal del acelerador; ¿el motor? ¿La transmisión? Cada vez iba más despacio y eso en una autovía es muy peligroso. Por desgracia la siguiente salida estaba lejos así que no tuve más remedio que meterme en el arcén y frenar. Los demás coches pasaban como balas y daba miedo salir (el arcén estaba en el lado derecho). Ya me imaginaba cuál era el problema. Al salir del vehículo y echar un vistazo se confirmaron mis temores: el neumático trasero izquierdo había reventado. Joder.

Calma Javi, calma; ponte el chaleco de emergencia (anda si estoy guapo con él y todo) y saca el teléfono. Me he quedado tirado en la carretera; necesito ayuda. Esto es un trabajo para la Masa, o quizás Superman o mejor Spiderman? No, es un trabajo para los de Línea Directa, que me sacan más de mil euros al año. Tras llamar y dar mis datos, llamé a mi madre pero sólo conseguí asustarla y poco después apareció. Un beso para calmarla y me quedé solo de nuevo.

La Guardia Civil entró en escena y me preguntaron si estaba bien; sálgase de la calzada por favor por su propia seguridad. La verdad es que había pensado en ponerme en medio y, usando el chaleco como capote, hacer de torero de coches, pero lo dejo para otro día. El cielo encapotado amenazaba lluvia y la grúa no aparecía. Hay que joderse. Encendí un cigarrillo y contemplé el paisaje. Los coches iban como balas, cosa del sistema de referencia. Ahora el reposo soy yo.

La grúa llega y el conductor examina el coche; hay que cambiar la rueda. La hostia pues ahora descubro que tengo rueda de repuesto (y esto no es broma). Tras mucho esfuerzo porque el sistema de desanclaje de la rueda es algo engorroso observo el neumático roto. Tres rajas enormes en los laterales. Joder. Unos diez minutos después mi coche dejaba de estar cojo de la parte de atrás. Lo observo durante un instante y pienso si regresar a casa o ir al taller para solicitar una nueva. Ay que miedo, mi cuenta corriente temblando. Voy al taller y me dicen que serán unos 100 €. Qué bien. Justo lo que necesitaba.

Volviendo a casa, en medio del habitual tráfico de Madrid, reflexiono; me dan ganas de llorar, pero lo que hago es reír. Esta risa tonta que te da a veces cuando te llevas muchos chascos seguidos. Pero en fin, supongo que así es la vida a veces, llena de sinsabores. Ayer me llevé uno gordo, pero sabes, seguiré luchando, porque te quiero.

P.D. “Eso es que te han pinchado la rueda” —comenta mi amigo Aitor

Hay que joderse


Comentarios:
Bueno no se dicen que no hay mal que por bien no venga.

Por cierto que lo de la musica lo puede hacer quien quiera... :)
 
¿En serio que no supiste cambiar la rueda?
 
jajaja, muy bueno eso de que no sabías que tu coche tenía una rueda de repuesto.
Estaba bien escondida ehhh!
Yo tengo auténtico pánico a que me reviente una rueda en la carretera.
 
Estoy acostumbrado a parar en el arcén de la autopista: embragues quemados, motores ardiendo, reventones, una equivocación en el tipo de gasolina que dejó el motor KAO... Al menos nunca me ha pasado nada yendo solo,¡eso sí que es terrible!
 
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