jueves, octubre 19, 2006

 

El segundo viaje


No dormí apenas pues mi avión salía muy temprano; de hecho cuando salí de casa cargado con la maleta tenía una sensación extraña, como si en vez de levantarme acabase de llegar a casa; las calles desiertas y un frío viento recorriendo mi cara, la cual debido a los nervios no tenía aspecto de cansada. Tras pensarlo detenidamente llegué a la conclusión de que tenía que hacer ese viaje, y cuando se me mete algo en la cabeza, cuando el corazón me dice que debo hacerlo nadie podría convencerme de lo contrario.

Llegué demasiado temprano al aeropuerto y la espera del embarque se hizo eterna; recorrí varias veces la inmensa Terminal 4, eché un vistazo a las tiendas y desayuné algo antes de meterme en el Airbus que me llevaría a mi destino. No viajo mucho en avión, pero me encanta. Desde el cielo, contemplando el horizonte, todo parece tan diminuto, incluso los problemas y miedos que rondan por la cabeza se empequeñecen.

Fueron unos días maravillosos, intensos, llenos de momentos de esos que gustaría que durasen para siempre; miradas, conversaciones, paseos frente al mar con las olas rompiendo haciendo que el tiempo se detenga. Volví a ver una ciudad a la que ya guardo mucho cariño y a una persona que desde hace tiempo se ha instalado en mi corazón y que aunque ella tenga sus dudas, no hay quien la mueva de ahí.

¿Y ahora qué? Es una buena pregunta; después de tan intensos días llega el bajón correspondiente a 600 km, pero también hay sitio para la esperanza, para las ilusiones y para los sueños, pues soñar es el principio de que un sueño se haga realidad. Y que el destino traiga tiempos aún mejores.

Creo que en la vida a veces hay que tirarse a la piscina, coger el tren, porque es la única forma de llegar a alguna parte; siempre habrá miedo, siempre habrá dudas, pero éstas se irán disipando poco a poco hasta que en el horizonte no haya niebla. Y el mar dará a cada hombre una nueva esperanza, como el dormir le da sueños. Un sueño que se llama Charo.


Comentarios:
Lo importante al final, es que seas feliz, mientras vives y disfrutas tu hitoria... Enhorabuena
 
La felicidad no exixte, existen los momentos felices, sino... ¿cómo ibamos a diferenciar entre la tristeza y la alegría?

Buscando la felicidad, ya la has encontrado, ahora sólo falta apresarla. Jeje

Un saludo!!!
 
La felicidad es un tren de alta velocidad que hay que subirse a el sin pensarlo...aunque te puedas romper la cabeza...
:)

Animo. Toda recompensa tiene su largo y suntuoso camino de espinas..

JOrge
 
Definitivamente no era platónico.
 
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