lunes, octubre 09, 2006

 

Aventuras en la noche madrileña


Llevaba ya bastante tiempo sin salir de noche y no recordaba los momentos típicos que se viven. El plan era cenar en un restaurante y luego ir de copas. Lo típico, supongo. Lo primero que recordé es el infernal tráfico que hay en la zona centro de Madrid los sábados por la noche; había pensado en dejarlo en el paseo de Recoletos, pero por las horas algo tempranas que eran me animé a adentrarme en la que quizás sea la calle más conocida de Madrid. La Gran Vía.

Craso error; primera, embrague, frenar. Primer, embrague, frenar. Y así hasta conseguir meter el coche en el parking. Rumbo al restaurante y en medio de una muchedumbre, me dirigí hacia la Plaza del la Puerta del Sol. Las tiendas todavía abiertas y mucha gente en las calles charlando o esperando a los amigos o pareja para salir. Un profeta gritando a pleno pulmón y en medio de la plaza que el mundo se iba a acabar. La noche tiene cosas curiosas; en ella salen a la luz todo tipo de personajes extraños que no se dejan ver a la luz del día, como si vampiros fuesen.

Tras orientarme un poco y encontrar la calle conseguí llegar al sitio con casi media hora de retraso. Íbamos a cenar en un restaurante hindú y presentía que quizás necesitaría un almax. Pero no, resultó que la comida fue deliciosa y menos fuerte de lo que pensaba. El ambiente se animaba, risas, bromas y comentarios. Y fue barato dentro de lo que cabe.

Después nos dirigimos a una taberna irlandesa (en la que pocos irlandeses había por cierto) para tomar unas copas. Yo coca cola por supuesto pues no bebo. No lo necesito ya para divertirme. Había ambiente y nos echamos unos bailes, incluso cayó algún que otro “corro”. Tampoco recordaba el agobio de los garitos, llegar a la barra y conseguir que te atiendan rápido es complicado; llegar al baño ni te cuento. La nota simpática de la noche la pusieron unos suecos que llevaban una bandera de su país y a modo de capote nos torearon literalmente, y tengo que confesar que yo fui uno de los toros. Muy animados supongo por la derrota de nuestra selección, pero con buen rollo. Es lo que más me gusta de la noche. Se supone que ligué o al menos eso me transmitió una chica que no paraba de mirarme y de “chocar” conmigo mientras bailaba. Sin embargo en mi corazón hay un cartel de “Ocupado” así que no la hice caso.

Como en Diez Negritos, fueron cayendo uno por uno hasta que sólo quedamos unos pocos. Y en la búsqueda de otro sitio donde continuar la noche fueron cayendo más; la verdad es que estando tan abarrotados y viendo las colas para entrar (y eso si te dejan entrar) se te quitan las ganas. Así que a eso de las dos y media nos marchamos a casa. Todavía se veía mucha gente en la calle, algunos incluso comenzando la noche; al llegar al parking había jarana en la taquilla, una clienta cabreada porque no la dejaban pagar con tarjeta.

De vuelta a casa, esta vez, no me perdí. Tiré por la A-6 para luego pillar la M-40 y finalmente la A-1; apenas había coches pero no le pisé mucho. Es una gozada conducir cuando no hay tráfico y por una carretera que conoces bien. Da tiempo incluso para relajarse, para pensar. Y eso hice, contemplaba el móvil y miraba al futuro, pensando en alguien.


Comentarios:
Ainss que recuerdos las noches de marcha por Madrid... solo recuerdas lo bueno y no lo malo.

No entiendo la ultima frase
 
Todos podriamos contar mil y una anecdotas, y es que menudas cosas pasan de noche.

La última frase, pues hace referencia a un numero de una persona que es muy importante en mi vida, y que mientras conducia pues en cierto modo ves el horizonte o parte de el y piensas en ello (en ella más bien)
 
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Al ocaso salen todo tipo de personajillos curiosos a la Gran Vía, el otro día me sorprendió ver que estaba plagada de prostitutas, recién echada la noche. Se conoce que al amanecer, la polícia las echa de allí: no dan bena imagen para una Vía tan famosa y transitada como ésa, cuando en la calle paralela a ésta (me refiero a la calle la luna) se cometen hasta asesinatos a plena luz del día.

EN CUANTO ACABE MI CARRERA ME MARCHO: ESTOY HARTA DE HUMOS, OBRAS Y AGLOMERACION DE GENTE.

UN SALUDO!!

Ah, mi blog es "Escribir en papel higiénico", si te apetece, te invito a que te pases por allí.
 
Yo me suelo volver andando a casa, las pocas veces que salgo, y esté donde esté. Y hay calles, como la Gran Vía, que siempre están llenas de gente sea la hora que sea, aunque suelo evitar las zonas principales y voy zigzageando por callejuelas, que se va más tranquilo. Igual que cruzas Madrid más solo de madrugada por las circunvalaciones que por la Castellana, donde te puedes encontrar un atasco un Sábado a las 3 de la madrugada, con el añadido de los coches cargados de borrachos pitando y asomándose por la ventanilla, queriendo establecer comunicación con el resto de los conductores :DDD.

Oye, igual me equivoco, pero parece que ese amor que apaga la luz verde de tu corazón es un tanto platónico... ¿¿??
 
Platónico no, porque la persona es de carne y hueso y la quiero, otra cosa es cómo salga la historia pues es complicada por diversos motivos.

La verdad es que al regresar al parking callejeé bastante, aunque es mejor no meterse por ciertas zonas infestadas de camellos, yonkis y prostitutas
 
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