lunes, julio 17, 2006

 

El doctor Javier


De pequeño siempre quise ser médico pero no recuerdo el por qué de tan temprana vocación. Quizás esté relacionado con que mi madre es ATS y algo de contacto tuve con ese mundo. Sea como sea lo tenía muy claro: de mayor quería ser médico. Los tenía como dioses, con su bata blanca su estetoscopio y ayudando a la gente a curarse. Y no digamos ya los cirujanos, arreglando arterias, traumas y lesiones internas, suturando heridas y salvando gente de las garras de la muerte. Yo quería ser uno de ellos.

Sin embargo, no pudo ser; la nota de corte que pedían en Madrid, un 8,2 estaba fuera de mi alcance (un 6,78). Tras acabar selectividad tuve que tomar una decisión: perseguir un sueño o rendirme a la evidencia. Y me rendí. Para poder alcanzar esa nota tendría que sacar un 9 en selectividad, o sea, pasarme el verano entero estudiando y aunque lo consiguiese en septiembre no tendría plazas. Escogí otra cosa.

Han pasado casi diez años; sí, llevo ya una barbaridad en la facultad y aún no he terminado. ¿Por qué? Una mezcla de años locos, mala suerte y de que la mezcla trabajo-estudio (trabajo a jornada completa) no suele dar buen resultado para la segunda. Los primeros años fueron bonitos, pero a medida que pasaba el tiempo la cosa fue empeorando. Cuanto más viejo me hago, más me cuesta estudiar. Y el hecho de que probablemente jamás use los conocimientos que tengo en la cabeza me desanima.

Aún así no me arrepiento de lo que hice; no creo que hubiese podido con esa carrera. Lo del doctor Javi lo dejaremos para mi próxima vida. Lo que me inquieta es mi futuro. Antes era muy ambicioso, quería llegar lejos y ser alguien importante. Pero me di cuenta de que el éxito es relativo y que la verdadera felicidad no te la dará un buen trabajo ni un Porsche sino las personas que te rodean. Sin embargo con casi 27 años no sé dónde acabaré. Vamos que con quince años tenía las cosas más claras que ahora.

Me siento como Robert de Niro en Taxi Driver, en la conversación que mantiene con el otro taxista. Eso sí, yo no me voy pillar una Mágnum 44. ;)


Comentarios:
Ufff la vida da muchas vueltas, y nunca sabes si lo que estudias te va a servir o no... yo a priori tambien pensaba que mi carrera y lo que en ella estudiaba me sirviesen de nada, es mas ni siquiera estudie la carrera que quería... Pero resultó que me salió un trabajo relacionado...misterio de la vie... ;)
 
Yo tengo casi 28 y estoy en las mismas en cuanto a que hace años lo veía todo más claro. No sé, puede que sea porque cuanto más joven se es, menos se ven las dificultades que puedes encontrarte para alcanzar la meta.
Será que con los años nos volvemos un poquito más realistas y la realidad a veces desanima un poco...
 
No imaginas hasta que punto te entiendo Javier... Cuando saque un ratillo para actualizar mi olvidado blog te darás cuenta de que no eres el único que se siente así.

Yo también quise ser muchas cosas y ahora soy un "superviviente laboral"... Casi cada año me reinvento y cambio de trabajo sin ver un futuro claro.

Ánimo y piensa sólo en que lo importante de la vida es, precisamente eso, vivir. El trabajo es sólo un tramite que tenemos que cumplir... Al menos yo cada día estoy más convencido de ello.
 
Yo estoy cansado de pensar en el día de mañana, total, al final no va a llegar, o no va a ser exactamente como lo imaginaste. Lo mejor es que disfrutes con lo que eres y tienes ahora, como si el futuro fuera ya. Y date con un canto en los dientes, porque la profesión médica es una de las más estresantes; aunque no sé lo tensados que estarán tus nervios para soportar responsabilidades, hay gente a la que le gusta.
 
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