jueves, marzo 09, 2006

 

Historias de mi historia: Corre Javi, corre


La clase de educación física no era precisamente de mis favoritas; ningún deporte se me daba bien, aunque me gustase el fútbol. El gimnasio era otra cosa; me defendía en los potros, colchonetas, plintons y semejantes artilugios. Pero había algo que no soportaba, que hacía que suspirase cada vez que el profesor anunciaba que la clase estaría dedicada a eso. Correr. Siempre acababa muy exhausto, demasiado. Y un buen día nos comunicaron que el examen consistiría en un test de Cooper; por si no lo sabes, se trata de recorrer una distancia en un tiempo mínimo; claro está la gracia es que hay que correr (y mucho) para no pasarse del tiempo, pues la distancia suele ser grande. La resistencia es fundamental.

X vueltas al campo de fútbol (unos ochenta metros de base por cincuenta de altura) en menos de siete minutos (no recuerdo X, disculpa). Mis mejores tiempos se quedaban en ocho minutos; aparte de estar más rellenito en aquella época, tengo los pies totalmente planos y eso aunque no lo creas, dificulta eso de correr. Pero no quiero ponerme excusas: no era capaz, me superaba. Suspendí el examen y fui condenado a realizar el temido test en Junio. Genial, con el calor del verano. Era buen estudiante y no me gustaba la idea de suspender una asignatura que consideraba secundaria y sin importancia. El problema quedó, por unos meses, aparcado, pero visible en el horizonte.

El día del examen, nervioso, me presenté horas antes con la idea de practicar, calentar y ensayar la carrera; cronómetro en mano, inicié el trote y me dispuse a superar lo que para mí era todo un reto. Vuelta tras vuelta, lengua fuera y deshidratado, completé el recorrido con algo de desesperanza. Sin embargo cuando consulté el reloj marcaba para mi asombro seis minutos y cincuenta segundos. Lo había logrado. Salté de alegría y saboreé por unos momentos el triunfo. Pero había sido una prueba; sólo una prueba.

Ya había pensado en ello; llevaba conmigo todo un cargamento de bebidas energéticas para reponerme después de la prueba. Todo jugaba a mi favor a priori. El tiempo pasaba y el profesor hizo acto de presencia. Preparados, listos, ya! Fracasé. Más de ocho minutos. Ayyy dios, nunca lo conseguirás, pero te aprobaré de todos modos pues lo has intentado chaval. Fue frustrante; lo había logrado sólo una hora antes pero no había pruebas de aquella particular proeza. Pero no se lo dije, total no me habría creído. Me olvidé del señor Cooper y su test, entre el éxito y el fracaso. Si no hubiese hecho nada el resultado habría sido el mismo, me decía.

No practico ya nada de deporte; en ocasiones salgo a la montaña a andar pero muy esporádicamente. Dejé también el tenis de mesa (llegué a ser un jugador aceptable) y ya con coche tampoco ando mucho; sigue sin gustarme eso de correr la verdad, de hecho antes no corría ni cuando perdía el autobús. Soy un vago, lo reconozco. Fumar casi un paquete diario tampoco ayuda mucho. Corro, pero en sentido figurado. A veces hay hacerlo, cuando los peligros se presentan.

Cuando vi Forrest Gump me vinieron a la cabeza esos recuerdos; durante el examen algunos amigos me animaban gritando el título de este post y me sentí identificado con el siempre genial Tom Hanks. Claro que yo ni era tan bueno como el personaje, ni lo seré nunca. Lo añadí hace tiempo a mi lista de defectos, en pos de encontrar siempre alguna virtud que lo compense. De momento, querido lector/a, creo que simplemente no me ha ocurrido nada. Pero tampoco me importa. Sobretodo porque no me gusta.


Comentarios:
La verdad es que correr por correr, sin ningún objetivo, correr en círculo, correr para llegar al mismo sitio... es aburrido. Qué desánimo cuando el profesor de educación física decía "venga, cuatro vueltas para calentar"... arff!! arff!!... y lo del test de Cooper es un claro eufemismo engañoso: suena a sentarse en una silla y tranquilamente rellenar unas casillas con varias opciones.
Pero seguro que si le cambias el decorado a la pista y corres entre árboles y paisaje constantemente cambiante te cansas menos y haces más velocidad, todo es motivación. :)
 
A mi el correr por correr, el nadar por nadar, el levantar pesas por levantar... tampoco me gusta, hay pocos deportes que me motiven... pero si corriese por un bosque, nadase en un lago... quiza si llegase a encontrarle el sentido
 
Nadar en un lago.....si, tiene que ser bonito, siempre que el agua no esté muy fría.

Sólo es una opinión de todos modos, conozco gente que le encanta salir a correr

Prefiero andar tranquilamente :)
 
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