lunes, enero 09, 2006

 

El otro lado del espejo


Según la teórica cuantica, la luz es una onda EM que se propaga en el espacio y en el tiempo y que posee una intensidad y frecuencia (o frecuencias) definidas. Cuando esa onda llega a un medio material, parte de ella es reflejada, parte absorbida por dicho medio y parte transmitida (lo atraviesa). Algunos materiales tienen la propiedad de reflejar casi el 100% de esa radiación incidente. Y si la superficie de estos materiales está pulida, entonces la dirección del rayo devuelto está en una posición que depende sólo de la posición del incidente. A estas superficies se les llama espejos, y forman imágenes casi perfectas Los hay de muchos tipos y los usamos bastante en nuestra vida cotidiana. Bien sea para acicalarnos, para conducir, para observar algo que no podemos con nuestros ojos, los espejos generan un mundo al revés, una imagen perfecta de nosotros, pero rotada 180 grados.

Los espejos son la única forma que tenemos de vernos a nosotros mismos (bueno, exceptuando fotos y vídeos) con nuestros propios ojos. De vernos físicamente, y también a veces podemos ver como nos sentimos, pues una mirada puede decir tantas cosas. Esa otra persona que aparece en él, y que te está mirando mientras tu le miras, que se mueve cuando tú lo haces, y que llorará o sonreirá si decides hacerlo, eres tú mismo, es lo que los demás pueden ver en ti, hasta cierto punto claro. El problema es que a veces el espejo esta rallado y eres incapaz de verte como eres. O solo ves lo que te gustaría ver o lo que no te gusta. O no te gusta lo que ves. Malo entonces. A veces es bueno mirarse al espejo y detenerse unos minutos. Y pensar. Qué es lo que queremos, que es lo que pensamos, qué es lo que nos asusta, que es lo que nos gustaría que esa otra persona (que está al otro lado, mirándonos) nos dijese. Y decírnoslo a nosotros mismos. Con ello tenemos la ocasión de vernos desde fuera, como si saliésemos de nuestro propio cuerpo y pudiésemos contemplarnos, desde el otro lado del espejo. Es ocasiones nuestro peor enemigo somos nosotros mismos.

El espejo de las ilusiones es aquel en el que al verte reflejado, salen tus sueños junto a ti. Es bonito contemplarlo de vez en cuando, pero si lo haces demasiado corres el peligro de consumirte frente a el. Porque mientras no se hagan realidad (si pueden) los sueños solo son eso, sueños. Los necesitamos, nos mantienen vivos, pero al mismo tiempo no podemos ignorar la realidad. Nos gustaría saltar a ese otro lado del espejo, pero eso hay que ganárselo, y en muchos casos, es imposible. Y en otros, lleva tiempo. Hay que ser paciente, esperar y luchar. Y así, solo así, podremos saltar al otro lado del espejo.


Comentarios: Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]





<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]