lunes, enero 30, 2006
Cuentos de Jano: El visionario

No sé cuántas cervezas llevaba aquel tipo, pero te aseguro que si yo me hubiese tomado la cuarta parte ahora estaría agonizando en un hospital. Tampoco sé por qué entré en aquella maloliente taberna. Me encontraba en la barra, con una coca cola, algo triste, pues fue uno de esos días en los que todo te sale del revés. Así que decidí dar un paseo, y tras una larga caminata me entró sed. A esas horas no vi nada abierto, salvo el lugar donde estoy ahora. Un sitio oscuro, del que la luz parecía escapar. El barman era un tipo gordo, muy gordo, quizás alimentado a base de hamburguesas y carne grasienta; parecía irlandés y barruntaba palabras en una mezcla de español e inglés a tal velocidad que me costó entenderle cuando me preguntó lo que iba a tomar. No toleraba bien el alcohol, y cuando le pedí una coca-cola me miró cabreado, como si despreciase las pintas que servía en jarras de litro. Despareció tras una cortinilla y aproveché para inspeccionar el local. Era muy angosto, y al final de la barra se abría una pequeña habitación con mesas y sillas. Centenares de botellas de cerveza vacía descansaban en las estanterías, como en cualquier taberna irlandesa supongo, pero aquellas debían tener una capa de polvo de varios milímetros de espesor.
Entonces le vi; tenía toda la pinta de ser un borracho, no sólo por su demacrado aspecto, sino porque en la mesa se amontonaban varias jarras de cerveza vacías. La oscuridad me impedía contarlas, pero debía haber al menos cinco. Vestía una chaqueta de cuero vieja, que tenía toda la pinta de haber pasado una guerra. Los rasgos de su cara le delataban como irlandés, pero no de pura cepa, pues podía detectar genes latinos en su envejecido rostro. Nuestras miradas se cruzaron y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Aquel hombre me examinaba lo cual me hizo pensar, por un momento que su mirada era hasta de deseo. Joder, era lo que me faltaba, ligar con un viejo borracho sin ser gay. No, no era eso. ¿Será un psicópata en busca de una víctima? ¿O un macarra en busca de bronca? ¿Algún patético fracasado resentido con el mundo que ya sólo sabía expresarse a base de hostias y borracheras? Creo que debería irme a casa.
—¡Tu coca-cola! ¡¡Ehhh tu coca-cola!!—un brusco golpe que el barman dio en la mesa me despertó de aquel curioso letargo, intentando averiguar lo que tramaba aquel misterioso personaje. Saboreé el refresco en un largo trago y decidí que era hora de regresar a mi morada, ponerme el pijama y deslizarme entre las sábanas. El día había acabado, y no me gustaba cómo lo estaba haciendo. Mañana no madrugaría mucho. Me prepararía un buen desayuno y pasaría la mañana limpiando y escuchando mis viejos pero bien conservados vinilos. Sin embargo algo pasaba y me acababa de dar cuenta de ello: me estaba meando. Tenía que ir al baño y pasar junto a ese hombre. Joder. Bueno, iría deprisa y no le miraría. A la de tres, un dos tres! Y avancé con celeridad hacia el aseo de caballeros, el cual, a juzgar por el aspecto del bar, debía de estar hecho un asco.
Para mi sorpresa, aquel tipo no estaba en la mesa; sentí un alivio tremendo, pero al mismo tiempo incertidumbre. ¿Dónde coño se había metido? Bueno, daba igual. En un minuto todo habrá acabado. Efectivamente el baño apestaba, así que me apresuré, tanto que al cerrar la cremallera casi acabo con mi virilidad. Pero al salir de aquel nauseabundo cuarto le tenía delante. Me impedía el paso; joder, ¿y ahora qué? Mierda, ¿qué hago? Se me heló la sangre. ¿Cómo podía darme miedo aquel borracho? Mis dientes rechinaban y me preparaba en posición de defensa cuando unas palabras salieron de su boca.
Continuará
Entonces le vi; tenía toda la pinta de ser un borracho, no sólo por su demacrado aspecto, sino porque en la mesa se amontonaban varias jarras de cerveza vacías. La oscuridad me impedía contarlas, pero debía haber al menos cinco. Vestía una chaqueta de cuero vieja, que tenía toda la pinta de haber pasado una guerra. Los rasgos de su cara le delataban como irlandés, pero no de pura cepa, pues podía detectar genes latinos en su envejecido rostro. Nuestras miradas se cruzaron y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Aquel hombre me examinaba lo cual me hizo pensar, por un momento que su mirada era hasta de deseo. Joder, era lo que me faltaba, ligar con un viejo borracho sin ser gay. No, no era eso. ¿Será un psicópata en busca de una víctima? ¿O un macarra en busca de bronca? ¿Algún patético fracasado resentido con el mundo que ya sólo sabía expresarse a base de hostias y borracheras? Creo que debería irme a casa.
—¡Tu coca-cola! ¡¡Ehhh tu coca-cola!!—un brusco golpe que el barman dio en la mesa me despertó de aquel curioso letargo, intentando averiguar lo que tramaba aquel misterioso personaje. Saboreé el refresco en un largo trago y decidí que era hora de regresar a mi morada, ponerme el pijama y deslizarme entre las sábanas. El día había acabado, y no me gustaba cómo lo estaba haciendo. Mañana no madrugaría mucho. Me prepararía un buen desayuno y pasaría la mañana limpiando y escuchando mis viejos pero bien conservados vinilos. Sin embargo algo pasaba y me acababa de dar cuenta de ello: me estaba meando. Tenía que ir al baño y pasar junto a ese hombre. Joder. Bueno, iría deprisa y no le miraría. A la de tres, un dos tres! Y avancé con celeridad hacia el aseo de caballeros, el cual, a juzgar por el aspecto del bar, debía de estar hecho un asco.
Para mi sorpresa, aquel tipo no estaba en la mesa; sentí un alivio tremendo, pero al mismo tiempo incertidumbre. ¿Dónde coño se había metido? Bueno, daba igual. En un minuto todo habrá acabado. Efectivamente el baño apestaba, así que me apresuré, tanto que al cerrar la cremallera casi acabo con mi virilidad. Pero al salir de aquel nauseabundo cuarto le tenía delante. Me impedía el paso; joder, ¿y ahora qué? Mierda, ¿qué hago? Se me heló la sangre. ¿Cómo podía darme miedo aquel borracho? Mis dientes rechinaban y me preparaba en posición de defensa cuando unas palabras salieron de su boca.
Continuará
Comentarios:
<< Inicio
No sé si has liberado a propósito la ventana de textos, poniéndola debajo de la barra lateral... pero el caso es que tal como está el blog, la parte izquierda de los textos permanece oculta y la única forma de recuperarla es mediante COPY&PASTE en otro lado. (Para una configuración de pantalla de 1024 píxels de ancho).
Y vaya con el cambio!!! Ahora se lee bien, pero salvo por el "corrimiento de tierras", me gustaba más el otro look. :PPP
Respecto al relato, estando tan borracho, seguro que quería importunarte con cualquier tontería trivial, pero que para él, en su estado ebrio, era una cuestión vital. Y te eligió a tí porque con su ultrapercepción etílica había detectado en tí un alter ego que le entendería. (la explicación no-etílica es que te eligió porque pasabas por allí).
Un borracho, cuando te "elige", te cuenta toda su vida.
Respecto al relato, estando tan borracho, seguro que quería importunarte con cualquier tontería trivial, pero que para él, en su estado ebrio, era una cuestión vital. Y te eligió a tí porque con su ultrapercepción etílica había detectado en tí un alter ego que le entendería. (la explicación no-etílica es que te eligió porque pasabas por allí).
Un borracho, cuando te "elige", te cuenta toda su vida.
Gracias por la observación, aún no he encontrado mi plantilla idea, esto del html es más complicado de lo que pensaba.
Respecto al relato, es totalmente ficticio; algún borracho me he encontrado por ahí, pero el borracho solía ser yo. Otra historia de mi historia
Saludos
Publicar un comentario
Respecto al relato, es totalmente ficticio; algún borracho me he encontrado por ahí, pero el borracho solía ser yo. Otra historia de mi historia
Saludos
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio
Suscribirse a Entradas [Atom]