miércoles, abril 27, 2005

 

Algo pasa con Wally

Su mujer se lo pregunta cada noche, cuando se meten en la cama. “Wally, ¿estás bien?, te noto triste” Él alude al cansancio para justificar esa pesadumbre. Pero aunque trabaje doce horas diarias, no es lo que le está matando.
Lo que más le duele es el miedo. Es una persona honrada y trabajadora, pero en su tierra son dos cualidades bien separadas del éxito profesional y personal. Pero no teme por él, sino por su mujer y su hija. De hecho algunas noches, incapaz de conciliar el sueño, se acerca a la habitación de su pequeña y la contempla durmiendo. Desea un futuro para ella, pero tiene la sensación de que no puede dárselo. No allí.

Todo esta tan podrido que a nadie parece importarle ya. La mayoría de los que tuvieron valor para alzarse y gritar recibieron una ráfaga de kalashnikov. Los que pueden se van, y los que no tienen que aguantar. Tarea nada fácil, con el yeyo por todas partes. Las autoridades tampoco ayudan mucho. El 90% está corrompido, y el 10% restante tiene tanto miedo que jamás dirían nada. Y por otro lado la guerra no parece tener fin. ¿Cuántos muertos van ya? Ni se sabe.

Al principio solía hablar con su amigo Esteban del tema; dejo de hacerlo después de identificar su cadáver. O lo que quedaba de él. Era un buen hombre, por desgracia tan bueno que trato de defender a una transeúnte de unos atracadores. Todo sucedió a plena luz del día, en medio de una concurrida calle. Y Esteban fue el único que tuvo valor. El resto de los transeúntes desvió la mirada y aceleró el paso. Lo redujeron sin problemas y le metieron en un coche. Apareció, días después, en una explanada a las afueras de la ciudad. No hizo falta que le hicieran la autopsia.

Dicen que la peor sensación que uno puede tener es el miedo en tu propia casa. Eso Wally lo sabe bien. Esta harto de vivir con la angustia, de caminar por la calle mirando cada minuto hacia atrás, de seleccionar las rutas y calles por las que pasa. De pensar lo peor cada vez que suena el teléfono o su esposa se retrasa en el regreso a casa. No aguanta más y quiere marcharse. Europa es la tierra prometida, y más concretamente España. Está ahorrando para los billetes y a través de un amigo que tiene un amigo que trabaja en la embajada española ha conseguido un listado de empresas de electricidad (Wally es electricista). Sabe que no lo va a tener nada fácil. Pero esta decidido. Suerte Wally. La vas a necesitar.

Esta vez seguro que me has pillado. Wally sólo existe en mi cabeza. Pero esta situación no es imaginaria. De hecho basta con meterse en el metro para darse cuenta que de España está cambiando. Quizás no todos vengan huyendo de la guerra, la pobreza o la delincuencia, pero seguro que la mayoría ven a nuestro país como un paraíso de libertad, prosperidad y felicidad. Luego acaban en curros de mierda y hacinados en pisos pequeños. Pero ahí les tienes, sonriendo. Supongo que esto sí es el paraíso, comparándolo con su tierra natal. Casi nadie piensa en regresar. Todo lo contrario, piensan incluso en traer a sus familias. Creo que no estamos preparados para esta situación. Hora de buscar soluciones.

Comentarios:
llamando a la tierra, aqui intrusa kinnah proveniente de planeta neverland.

Aterrize por estos lares gracias al empujoncito del guru, y cuanto mas me adentro en estas vuestras bitacoras, mas me tranquilizo pensando que aun queda gente inteligente por el mundo "alante" y no somos todos unos catetos del botellon como nos intentan inculcar.

Muy buena bitacora, añádola a mis favoritos

saludos y besos :)
 
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